24 mar 2008

EL ORIGEN DEL NOMBRE




Es posible que os preguntéis el motivo de que haya adoptado un apodo tan noble como el que me acompaña, pero dado de que el origen de tan singular titulo nobiliario tiene una historia interesante,creo mi deber contárosla.
Este pasado verano encontrándome con un grupo de amigos perdidos en las altitudes del Himalaya, cruzando la meseta tibetana en la desconocida e inhóspita región de Dolpo (Nepal),y después de días y días interminables de cruzar collados de más de 5000metros.de altitud.sufrí una averia en mi rodilla derecha, rodilla que por otra parte ya tenia operada por una lesión antigua que me realizé esquiando en Nuria con mi lamentable y patético estilo de esquiador.Pues bien llego un momento que mis entumecidos sistemas de locomoción se negaban a dar un paso más con mi rodilla lesionada.
Esa noche intente descansar y esperar que mi rodilla se recuperara, cosa que no ocurrió, a la mañana siguiente tuve que descender hasta el nivel del río con una inclinación que me obligo ha soltar toda clase de insultos contra el amigo que tuvo la flamante idea de mandarme al fin del mundo para acabar cogeando y tirado en cualquier precipicio de los muchos que habían por doquier.
Antes de cruzar el río nos encontramos una caravana de Yacks de los muchos que transportan la sal desde el Tibet al Nepal y que regresan al norte con otros productos para comerciar o para su consumo propio.
Encontrándome al borde de la desesperación y ante la perspectiva de 2 o más puertos de montaña que debíamos cruzar aquella jornada, opte por negociar con los Dolpas el alquiler de un caballo y un guia para transportarme a lomos del noble animal.
Como podéis comprender mi aspecto encima del caballo con mi encanto ya innato, mirando a mis compañeros por encima del hombro, mientras ellos agotaban las ultimas fuerzas que les quedaban para coronar los altos collados, hicieron brotar supongo que de pura envidia el calificativo de El Señor Conde de Queralbs.
Ese día fue el más duro para mis amigos y para mi fue suficiente para recuperar mis fuerzas y el funcionamiento normal de mis rodillas.
Pero desde entonces ya había nacido la Leyenda y mi seudónimo El Conde de Queralbs me acompañaría el resto de mi vida.

Conde de Queralbs.


1 comentario:

Eclipse dijo...

Por fín conocemos el orígen de tan mítico nombre. Espero y deseo que hoy en día su rodilla esté bien recuperada, sobre todo para soportar el peso de su cuerpo en una determiada mesa de un determinado bar, al mismo tiempo que usted se da un caprichito con un buen "peiral" y unas sabrosas anchoítas del norte.

Reciba un cordial saludo de un humilde bloguero.

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